Nicolás había sido durante años el objetivo de hirientes comentarios homofóbicos por sus
compañeros de clase, sin que nadie en la escuela alguna vez interviniera. Como
un estudiante modelo, nunca se quejó de la situación. Otros muchachos no lo
consideraban suficientemente masculino, y la conversación era que él era un
"maricón". Un día su clase pasaba por la piscina de la escuela, por lo que
algunos muchachos lo lanzaron a la piscina completamente vestido. Todos,
incluyendo el maestro tenía una buena risa. Nicolás fue humillado y angustiado,
y el evento se convirtió en el colmo. Al día siguiente, se suicidó saltando
desde la parte superior del puente del ferrocarril del pueblo.
Después de
su funeral, un profesor recién contratado trató de sensibilizar a la escuela a
la posible relación entre el ostracismo infligido a Nicolás y su suicidio. Los
esfuerzos del hombre se encontraron con la firme recomendación de que se guarda
silencio sobre el asunto, y su contrato de enseñanza no fue renovado.
Esta historia nos la contó la
madre de Nicolás un poco menos de un año después de que su hijo murió. Él tenía
quince años.
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